Friday, November 18, 2005

Este es el testimonio de un gran amigo mio de su encuentro con Jesucristo.

Algo que compartir


A principios del 2005 tuve una experiencia, de esas que la ciencia cataloga como místicas: tuve un encuentro con Jesús. Aquel momento fue maravilloso, muy acogedor, revelador y me brindo una paz que jamás en mi vida había
experimentado. Todo parecía tan claro, tan armonioso, mis actos eran motivados por una fuerza mayor a la de mi razón. Si tuviera que definirlo en una sola palabra esa seria amor, el más grande e inmenso amor; imaginen una mezcla de los mejores momentos que han pasado con sus amigos, sus padres, sus hermanos, su pareja e incluso con Uds. mismos; imaginen todo ese sentir fusionado en uno solo. Trato de exponerlo de la mejor manera, pero son de esas cosas que no se comprenden solo se sienten.

Siempre me he considerado una persona de razón, mi mente ha estado basada en la ciencia más que en la religión y la fe. Como humano, no me son ajenos los sentimientos originados por la búsqueda de la verdad y el origen de todo lo que nos rodea. Desde que tengo uso de razón he buscado en la ciencia estas respuestas: Big Bang, Darwin y la evolución, la relatividad de Einstein, entre otras tantas teorías. Todas ellas más que disminuir fueron incrementando mi hambre de conocer la verdad.

Imaginen lo que significó para mi tener una experiencia personal con Jesús; yo limitaba la participación de Dios definiéndolo como el conjunto de leyes que regían este universo, como toda esta energía dispuesta que permitía que las cosas se movieran; pero jamás pensé que pudiera llegar a tener una cercanía personal con el; bueno mejor dicho con Jesús. Pues fue el a quien vi y sentí, fue su mano la que tomo de la mía y me saco aquellos problemas que me atormentaban, de aquel túnel oscuro que por mas que intentaba escapar me seguía jalando hacia dentro. El fue la luz al final y cuando estuve cerca de ella su mano me tomo y me dijo: "No te preocupes, todo va a estar bien". En ese momento, la razón dio paso a al sentir, mi cuerpo y mi mente desbordaron de amor; llore como niño, con la mas pura inocencia, llore por que ocupaba llorar, intentar contenerlo estaba lejos de ser un opción. Con las lágrimas se fue el dolor y llego la paz; todo cuanto en este mundo me preocupaba y me causaba malestar había desaparecido, no existía mas ya en mi cabeza. ¡Dios mió que momento tan hermoso me has regalado!

Muchas cosas han cambiado desde entonces, mi sed por conocer de Dios se ha incrementado como no tienen una idea. Cada día que pasa me doy cuenta de todas sus obras, su mano esta en todas partes: en los niños, en la naturaleza, en la alegría y la tristeza, en la caricia, en el beso, en el saludo, en ti y en mí. Ahora, puedo ver las bendiciones que ha puesto en mi vida, y mejor aun ahora las puedo disfrutar con mayor gozo. Estoy agradecido con lo que me ha brindado.

Hace poco tiempo empecé a reflexionar con respecto a aquel momento, y he llegado a algunas conclusiones que me gustaría compartir. Antes que nada, déjenme exponerles que mi mente sigue siendo atraída por todos los descubrimientos científicos concernientes a la búsqueda y comprensión del mundo que nos rodea. La relatividad de Einstein ha sido uno de los mayores placeres para mí, y el saber que muchas de sus predicciones teóricas están siendo comprobadas me sigue llenando de emoción. Solo que ahora existe una variante…

El científico esta acostumbrado a develar los misterios de la vida en la observación del medio físico. El método científico proporciona los elementos necesarios para analizar y descubrir todo cuanto en este mundo material se presenta, incluso a llegado a descubrir que algunos fenómenos tienen su explicación en comportamientos no tangibles por nuestros sentidos como las ondas electromagnéticas.

La ciencia ha probado que funciona, creo que de eso no hay duda; ha permitido viajar a lo profundo del espacio y de los mares; nos brinda la oportunidad de curar enfermos y de protegernos de los fenómenos de la naturaleza; y aunque en no para mi beneplácito, ha mostrado su poder para la destrucción. La ciencia se ha ganado la confianza del mundo y ha demostrado que puede dar explicación a todo, bueno casi todo, de cuanto ocurre en este medio físico. Si algún fenómeno físico aun no ha sido explicado no tardaremos mas que unos años en develarlo.

Ahora, regresando a mi reflexión de aquel momento, me preguntaba si podría la ciencia explicarme lo que paso aquella mañana. Y después de meditar un poco llegue a la conclusión de que si. ¡Claro que si!, la ciencia me dice que todo esa paz que sentí fue debido a un torrente de morfina que genero mi cuerpo, complicados procesos químicos se llevaron a cabo para que esto pudiera presentarse; que me encontraba en tan profunda depresión que mi mente ideo el escape imaginando el pasaje con Jesús. ¿Y saben que?, yo creo que tiene razón, ocurrieron grandes cambios físicos en mi cuerpo, es muy probable que estuviera sobresaturado de morfinas o de alguno químico tranquilizador generado por complicados procesos corporales. Me sentía muy mal y mi mente pudo haber concebido este momento.

Y se preguntaran donde esta el Dios de quien hablas, para mí la respuesta es muy simple: Dios no esta peleado con la ciencia. Dios creo este mundo en el que vivimos, el es el gran arquitecto, nosotros y todo lo que nos rodea somos su obra. La ciencia tiene la capacidad de explicar todo cuanto ocurre en este mundo pero no puede determinar el origen del mismo; es una frontera natural, la ciencia en su afán de descubrir todos los secretos de la vida a través del método científico ha olvidado incluir la variable Dios en sus ecuaciones. La ciencia pretende comprender algo que no puede ser comprendido por la razón, no importa cuantos millones de años trascurran el método científico no podrá jamás descubrir la causa inicial del universo; la ciencia no fue hecha para entender el mundo de la fé.

Así como sucede con la teoría del Big Bang así sucede con la explicación que la ciencia le daría a mi experiencia personal con Dios. No me dirá el origen solo lo que paso después de hacerse presente. Y es que creo que Dios no requiere de fenómenos "sobrenaturales" o de grandes milagros para manifestarse, el creo este mundo y sabe mejor que ningún otro científico como opera. Dios se hace presente en este mundo utilizando las leyes que el mismo creo. A veces ocupamos ver milagros o cosas no comprendidas por la ciencia para sentir su presencia pero olvidamos que tiene a su disposición su gran obra y que a veces solo requiere de utilizar la simple fuerza gravedad para ejercer su palabra.

Será hasta el día en que la ciencia considere a Dios como el más grande científico y se decida aprender de sus enseñanzas, cuando habrá dado el más grande paso en su historia. Será entonces cuando finalmente este completa.

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